Más desprotegido el trabajador en La reforma laboral Francesa
El equipo del Presidente Francés Hollande impulsa una reforma inspirada en
las leyes laborales aprobadas en España en los últimos años y
con gran parte de las recomendaciones de Bruselas. El proyecto, menos
ambicioso que cuando se presentó inicialmente, no gusta a empresarios ni a
sindicatos.
El presidente francés, François
Hollande, presentó oficialmente su reforma
laboral ‘a la española’ tras
aprobarla en el Consejo de Ministros y a pesar de las duras críticas que
ha generado el texto primero por parte de los sindicatos y después, tras
algunas cesiones del Gobierno, desde las agrupaciones de empresarios.
Pero no sólo los agentes sociales han sido un obstáculo
para Hollande, el proyecto también ha sido duramente criticado por la izquierda
y ha generado cierta división en su propio partido por plantear una reforma
que, según los más críticos, va contra principios considerados básicos para la
izquierda francesa, como la jornada laboral de 35 horas.
El texto, conocido como la Ley El Khomri, contiene más de
50 artículos con los que el Ejecutivo galo pretende “refundar el derecho al
trabajo”
Tras la presión sindical, algunas de las líneas más duras
del proyecto se han rebajado, como los topes a la indemnización por despido
improcedente, que quedarán finalmente reducidos a “baremos orientativos” que
servirán de referencia para los jueces de lo social. Esta cesión de Hollande no
ha gustado nada a las patronales francesas.
Aun así el texto avanza en el abaratamiento del despido clarificando las reglas del despido
económico, que podrá aplicarse en caso de descenso de pedidos, degradación de
la tesorería, cambio tecnológico o reorganización empresarial. Además, se
regula el concepto de despido colectivo por motivos económicos antes de
proceder a una transferencia, algo que también ha sido muy criticado por los
sindicatos. En este punto, se parece mucho a las dos que se han hecho en
España durante la crisis, que simplificaron el uso del despido económico para
que las empresas pudieran utilizarlo con pérdidas o caídas de ingresos durante
tres trimestres.
No se modifica la jornada laboral de 35 horas, pero
se permiten ampliaciones en situaciones excepcionales
Sobre la jornada
de trabajo, se pretende la modificación de las disposiciones relativas a
jornada, horarios, horas extraordinarias, descansos, festivos y
vacaciones. En todas estas materias se le da total prioridad al acuerdo de
empresa. Aunque no se modifica la duración legal de la jornada de 35
horas, sí se permiten ampliaciones de la misma por pacto en supuestos como
reestructuraciones, apertura de nuevos mercados o causas excepcionales. Además
se podrán pagar estas horas extra por una cuantía inferior al acuerdo sectorial
si la empresa y el comité sindical lo aceptan.
Para asegurar el empleo en tiempos de crisis, el texto también
propone acuerdos que permitan a las empresas negociar a la baja el tiempo de
trabajo y/o los salarios para mantener el empleo. Este tipo de acuerdos tendrán
una duración máxima de dos años y tendrán que ser validados por una mayoría de
los representantes sindicales de las empresas. Los trabajadores que los
rechacen podrán ser despedidos por causas económicas.
En materia de formación, el proyecto regula un contrato de
profesionalización y reforma la certificación de la experiencia. Además, se
regulan diversas materias destinadas a mejorar la transparencia y la
información sobre la formación profesional y la cuenta personal de
actividad (CPA), que pretende recoger todas las cuestiones relativas al
trabajador, aunque en una primera etapa sólo va a comprender la cuenta personal
de formación (CPF) y la de prevención.
Prioridad a los acuerdos empresariales
En el ámbito de la negociación
colectiva, la reforma apuesta por los acuerdos adoptados en el seno de las
empresas, que tendrán prioridad por encima de los pactos sectoriales o los
contractos individuales, permitiendo, por ejemplo, que se establezcan nuevas
modalidades contractuales. Además, fortalece las exigencias de
representatividad sindical.
El texto fortalece las exigencias de representatividad
sindical
Éste ha sido otro gran escollo para Hollande, puesto que la
reforma resta poder a los sindicatos. De hecho, desde hace más de un mes Francia vive protestas contra esta ley que, en
cambio, si cuenta con el apoyo de Les Républicains, partido de Nicolás Sacorzy.
El Gobierno ha rebajado un poco sus pretensiones para calmar a los sindicatos,
pero no parece haber sido suficiente, puesto que los representantes de los
trabajadores han convocado diversas manifestaciones.
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